Son muchas las compañías y personas que ofrecen un servicio o producto que, a fin de abaratar costos, no contratan traductores profesionales. Estas empresas optan por darle la tarea a alguno de sus trabajadores o a algún conocido que maneja un poco el idioma, pero que no está capacitado para traducir, lo que les da como resultado un texto con apariencia extraña, a veces ofensiva y hasta burlesca para el público al que querían llegar.
Ofrecer un buen servicio tiene que ver también con la forma en que este es presentado: las palabras (a menos que solo se necesite un video e imágenes y con eso baste, por supuesto). El público debe saber y entender por qué necesita tu producto, para qué le sirve, cómo y dónde conseguirlo, en qué consiste, entre tantas otras cosas más. Y, si pretendes que tu marca o producto cruce las fronteras, la traducción será tu medio de transporte.
La traducción y la confianza de sus clientes
Contar con traducciones de calidad habla bien de las empresas y sus productos. Los clientes se sienten más seguros al momento de confiar en quienes ofrecen un servicio o producto si el texto es claro y cuenta con una buena redacción en el idioma meta. Además de ser un asunto de confianza en su empresa, una buena traducción tiene que ver con el respeto a su audiencia. Si se cuenta con traducciones de mala calidad, frases extrañas, palabras fuera de contexto (más adelante daré algún ejemplo que viví), el público podría sentirse ofendido y confundido, por ende, preferiría optar por otra compañía que sí respete su idioma.
Como traductora, he vivido más de una vez la situación donde, al leer una traducción bastante deficiente y pobre del contenido de alguna empresa o persona que desea ofrecer sus servicios, me presento como profesional para brindarle mis servicios de traducción o corrección y recibo una respuesta negativa pues, pareciera ser que, según estas entidades, mientras se entienda «algo» está todo bien. Lamentablemente, es muy notorio cuando sus traducciones no han sido hechas por profesionales. Puede que los clientes comprendan tus intentos de traducción, puede que simpaticen contigo, pero ya no verán a la compañía como algo muy serio o profesional.
Experiencias (y tragedias)
A continuación, les presento algunas de mis experiencias con empresas que no están dispuestas lidiar con el valor de una traducción a la altura del mercado.
La agencia coreana de música
Cuando recién comenzaba mi carrera de traductora, recién titulada, estaba atenta a cualquier oportunidad de traducción. Un día, revisando mi Facebook, me aparece una publicidad de una agencia que gestiona conciertos musicales. La redacción de dicha publicidad en español era bastante mala. Al darme cuenta de que algo tan breve y simple estaba tan mal elaborado, supuse de inmediato que su página web sería... peor. Tal como lo había pensado: frases extrañas, palabras fuera de contexto, secciones dentro de una oración sin traducir, etc.
En fin, luego revisar el contenido traducido de la página, se me iluminó la cara al ver que era una buena oportunidad para ofrecer mis servicios. Les escribo un correo electrónico explicándoles la situación y me responde uno de los encargados. Me pide que por favor le envíe algunos ejemplos de las frases mal redactadas y mis sugerencias, que luego las revisaría y me contactarían. Lo hice, contenta al pensar que emprendería una buena relación profesional con una empresa. No tuve más respuestas.
Pasaron 4 meses y ya con más experiencia me vino el recuerdo de esta particular situación. Entré de nuevo a su página para revisar cómo seguían y para mi sorpresa: habían utilizado mis correcciones sin aviso alguno. A continuación, les dejo un ejemplo de mis correcciones.
Ejemplo de traducción corregida:
Su traducción:
*Nombre de la empresa* permite a los fans para iniciar un movimiento y hacer escuchado por sus artistas favoritos.
Mi corrección: *Nombre de la empresa* permite que los fans inicien un movimiento para que sus artistas favoritos los escuchen.
No pude quedarme tranquila y les escribí señalándoles cordialmente que me alegraba que les hayan servido mis correcciones, pero que aún contenían bastantes errores en su traducción. El señor coreano me responde pidiéndome capturas de pantallas de los errores, mi corrección y mis explicaciones. Sin embargo, lo quiere todo gratis. Obviamente le señalé que mi profesión tiene su valor. Nunca más supe de ellos.
La ilustradora y su madre traductora
Por medio de Instagram conocí a una artista estadounidense cuyas ilustraciones me gustan muchísimo. A sus publicaciones siempre añade una reseña sobre la ilustración, donde le entrega cierto toque sentimental y personal sobre el dibujo. Noté que en algunas publicaciones ella incluía traducciones de sus comentarios. Estas traducciones dejan bastante que desear, son muy poco claras y se dan para una mala interpretación. Le escribí explicándole la situación, pero me contesta que su mamá es traductora, que ella le traducía, por lo que rechazó mi oferta.
Hace unos días la ilustradora publicó un nuevo dibujo en donde una parte del texto original decía: You can binge a show if you want. La traducción propuesta por ella era: «Puedes atracar un espectáculo si lo desea». No pude quedarme tranquila y le expliqué en un comentario los errores en su traducción y los distintos significados de la palabra atracar: desde las embarcaciones y el mar, hasta sus connotaciones sexuales. Una persona de su público le escribió «gracias por intentar traducir al español». La chica no me respondió; sin embargo, ayer apareció mi corrección reemplazando su versión en la ilustración.
Conclusiones
Si los objetivos de tu empresa incluyen una visión internacional, es imprescindible que cuentes con buenos traductores. Aunque te sientas muy tentado a utilizar tus, muy posiblemente, buenos conocimientos en el idioma al que desea llegar, recuerda que no cuentas con los estudios y conocimientos necesarios que un traductor te puede otorgar. Recuerda que estos profesionales están especializados en la lengua y conocen las mejores formas de expresar tus ideas. Si, por otro lado, no crees que sea posible contratar traductores profesionales por el momento, sería aconsejable limitar tu contenido hacia la lengua original para evitar efectos contradictorios y perjudiciales para tu marca.
Referencias
Getting it right: A guide to buying translations por Chris Durban (miembro de la ATA), versión en español por el equipo Asetrad.
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